Partiendo de que la temperatura corporal normal de un perro adulto oscila entre los 38-39ºC, llamamos golpe de calor o hipertermia a la subida de la temperatura corporal del perro de tal forma que provocará un fallo de sus procesos fisiológicos hasta tal punto que si no se interviene el perro podría llegar a sufrir un coma y morir. A diferencia de nosotros, ellos solo pueden eliminar calor a través de los jadeos y de las glándulas sudoríparas interdigitales.
Normalmente se produce en condiciones ambientales de calor y humedad lo cual les lleva a agotar sus reservas de azúcar y sales minerales y pudiendo producirle un colapso en un breve intervalo de tiempo
Entre los síntomas más habituales están la temperatura muy alta, respiración rápida y/o costosa, ritmo cardíaco acelerado, temblores, pérdida de fuerza, mucosas cianóticas... entre otros
Si la temperatura corporal ha alcanzado los 42ºC podrán aparecer sintomas que incluso podrían agravarse en unas horas o en unos días como insuficiencia hepática o renal, hemorragias, edemas cerebral, fallo multiorgánico, parada respiratoria...
Si esto llegase a ocurrir en algún momento, se hace imprescindible bajar su temperatura corporal mediante alcohol, hielo o compresas de agua fría aplicada en las axilas, almohadillas, ingles, nuca... hasta conseguir que llegue a los 39 o 39,5. Un método efectivo es la aplicación de enemas rectales fríos (podemos utilizar una jeringuilla cargada con agua fría a modo de enema). Una vez normalizada la temperatura y la respiración se hace imprescindible un chequeo en el veterinario para comprobar que no hay lesiones importantes
Nota: Os recomendamos evitar los paseos en las horas de más calor en verano, así como los días de temperaturas medias pero humedad elevada y en cualquier caso, siempre una botella de agua fresca para ellos. En verano también son muy útiles las capas o chalecos refrigerantes.